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“En el contrabajo encontré mi personalidad”

Nicolás Ojeda por Gisela Carpineta

Calma y explosión. ¿Pueden esos dos momentos rítmicos convivir en un mismo lugar? ¿Se puede hacer cantar un instrumento? Con sonidos que rozan lo experimental, un estilo ya definido y una modestia envidiable por cualquier artista, Nicolás Ojeda demuestra que todo eso es posible.

Los proyectos paralelos y el primer disco de este joven compositor y contrabajista cordobés, hicieron que su trabajo se convirtiera en una verdadera sorpresa y comenzara a sonar cada vez más fuerte en el ambiente. Así, Posibles días en sueños le puso el broche final -o el “moño a una etapa”, como suele decir- a su presentación. Sin embargo, el camino recién comienza y parece más que prometedor para Nicolás Ojeda.

Aunque siempre tocó el bajo eléctrico, a último momento decidió cambiar de rumbo, arriesgarse y optar por el contrabajo. ¿Por qué? “Había que definirse un poco más. Siempre hice un poquito de todo, muy variado, pero acá intenté enfocarme bien en mí”, afirma. Y el resultado fue más que bueno.

Mientras que Ojeda afirma que en el contrabajo encontró su personalidad, su disco lanzamiento obtuvo las mejores críticas por parte de los medios, el público e incluso sus colegas. “La gente sólo ha tenido buena onda hasta el momento. Aunque algunos me conocían desde antes, tocando con otras personas, esta es una forma de que conozcan mi música”, cuenta pausado y sonriente.

Con una sonoridad íntima y acústica en clave de jazz, donde cada tema tiene un carácter de “canción”, este disco lanzamiento es un trabajo de años. Incluso, algunos temas tienen casi una década, otros fueron descartados y agregó algunos nuevos. Según cuenta, al haberlo tenido en su cabeza durante tanto tiempo, el disco transita diversas etapas de su vida. Así, casi inconcientemente, la mayoría de sus temas están dedicados o inspirados en experiencias o en los integrantes de su familia. El resultado: un disco íntimo y con un sello más que personal..

-El arte de la tapa del disco es de tu esposa, la artista plástica Fernanda Bragone. ¿Cómo marca tu familia el trabajo?
-Están continuamente presentes. Mi hija tiene su propio tema (Matilda), pero también mi abuela o mi mamá. Lluvia Nocturno lo hice un día de la madre en que no tenía un mango para comprarle nada. Aunque no están en este Cd, mi hijo y mi esposa también tienen “su” tema. Por eso siempre digo que este disco tiene que ver con una gran etapa de vida, incluso de cuando escribía poemas. El título es un poema mío, y Lacryma también representa esa época en que escribía, una etapa más oscura… esa que todos tenemos alguna vez..

-Además de ser tu primer disco, se trata de un trabajo muy personal, no tan de banda. ¿Te costó tomar la decisión de finalmente “tirarte a la pileta”?
-Además de un cierre a nivel personal, es también el fin de un proceso largo que terminó en que yo me enfoque más en el estilo y en tocar el contrabajo. Tenía un sonido en la cabeza cuando decidí grabarlo y llame a los músicos que lo iban a lograr. Invité a músicos a los que admiraba y que sabía que sin demasiada charla iba a funcionar.

-¿Y cuánto te ayudó el contrabajo para encontrar ese sello personal?
-En todo. Pero se dio a último momento. Hace muchos años yo había arrancado a tocar el contrabajo, pero se me rompió, tuve un problema y quedó ahí olvidado. Así los años siguieron con el bajo pero ahora no puedo imaginarme soltando el contrabajo.

-¿Pero sentías que con el bajo no lograbas tu estilo? ¿Como se dio ese vuelco?
-Era mi estilo, pero no lo sentía tan personal. Con tantos años de tocarlo, agarraba el bajo y todo me salía. Estaba cómodo, pero es como que se escuchan más las influencias. En cambio, con el contrabajo puedo decir más cosas. Tengo más campo para indagar.

-Si bien tenés muchos proyectos paralelos que te dan la posibilidad de explorar otros horizontes, en tu disco también te permitís una fusión de estilos. ¿Cómo se hace para mantener una coherencia?
-Siempre agarré un poquito de cada lado; del funky, de la música electrónica, del folclor. Ahora me puse más en un lugar, pero sin dejar de hacer lo demás. Tengo un montón de proyectos paralelos y trato de que sean todos bien diferentes. Entonces me saco las ganas de hacer todo lo que me gusta con los demás, y trato de mantener una línea un poco más coherente con mi grupo.

-¿Cómo definirías tu estilo?
-Una mezcla. Pero el jazz de ahora es así. Ahora “jazz” ya es una palabra medio ambigua. Estaría dentro del jazz, pero jazz moderno, contemporáneo.

-¿Sentís que esa mezcla de estilos se da sólo con el jazz o ya migró para otros géneros?
-No, ya se da en todos lados. La onda del momento es esa, agarrar un poquito de cada lado. Se da en todas las regiones, aunque quizás en Argentina todavía somos un poco más conservadores. Pero acá hay mucha mezcla y mucha cosa que está buena.

-¿Qué artistas destacarías?
-Me gusta lo que hace Nicolás Sorín, Pipi Piazzolla. Jesús Fernández, Ramiro Flores. Sin dudas, y afortunadamente, hay un montón de músicos buenos. Siempre hubo, pero de ellos me gustan sus canciones y su modo de tocar los instrumentos. No suelo escuchar música por lo instrumentista del artista.

-Te sale el compositor de adentro…
-Un artista puede tocar malísimo, pero me gusta escuchar más cómo compone y combina las cosas que cómo toca el piano. Quizás hay cosas que me gustan y que son muy simples.

-¿Nunca te interesó el circuito jazzero más conservador?
-Siempre estuve por fuera. Musicalmente, nada conservador me llama la atención. Tampoco en el tango. Muchas veces me pasa que por tocar el contrabajo podría laburar mucho si tocara tango, pero prefiero tocar lo que me gusta. Sólo hago lo que me da placer.

-Padre, madre y esposa: los tres artistas plásticos. Vos, contrabajista. ¿Sos la oveja negra de la familia?
-Iba a Iba a ser artista plástico y me escapé un poco, pero en casa todos tenían relación con la música. Aún hoy, aunque no siempre me gusta que sea así, todo el tiempo hablamos de cosas profesionales o discutimos cuestiones de arte, poesía o la música. Dejémoslo así: fue una rebeldía a medias.
7 canciones al Lunes

1Te recuerdo Amanda – Víctor Jara
Era muy chico y todo lo que supe de él me marcó profundamente. Las letras, la tapa del disco, todo lo que mi madre me había contado sobre su muerte, me tocaban de cerca.

2Spirits in a material world – The Police
Fue mi primer casete y era re deforme. La música y los arreglos me abrieron mucho la cabeza.

3Cada Luz- Spinetta
Me gustan tantos temas de Luis… este es uno de ellos. Me parece muy simple y profundo.

4Be still my beating heart – Sting
Con Sting conocí el bajo y el contrabajo: antes para mis todas eran guitarras. Soy muy fan de toda su música y este tema es uno de los que más me gustan.

5Julia – Lennon/McCartney
Es un tema hermoso, simple y muy tierno. A veces siento que me gustaría hacer un tema así. Es perfecto.

6Peacocks – Bill Evans
Es uno de los temas que mas me gustan del disco You Must Believe in Spring, que le robé a mi papá y escuché hasta gastarlo. No podía creer lo bien que tocaban, sobretodo el contrabajista Eddie Gomez. A partir de ahí decidí estudiar contrabajo.

7Red Rain – Peter Gabriel
Fui muy fan de Gabriel y me gustaba mucho lo loco de los «sonidos raros» que usaba. Ahí me enloquecí con Tony Levin. La línea de bajo en ese tema es hermosa y tiene un sonido increíble.

Próximas presentaciones:
* Nicola Ojeda Quinteto. Viernes 4 de octubre. 21 horas. Jam de dibujo. Valdenegro 2636, Villa Urquiza.
* Puntoriero – Ojeda – Mauas trio. Viernes 18 de octubre. 21 horas. Una casa. Humberto Primo 561, San Telmo.
+ info: http://www.nicolasojeda.com.ar/

 

 

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