Una vigorosa base de latin jazz, un flugel lejano y un clima brumoso que mantiene algunas frases en suspenso funciona como apertura de Posibles días de sueños, del compositor y contrabajista Nicolás Ojeda, y uno puede intuir que se trata de un buen disco de jazz. Pero los primeros sonidos de “Lacryma”, que le sigue, parecen salidos de otro disco, muy bueno también, con el funky como soporte para que la batería le saque jugo al pulso, el contrabajo cante y el Rhodes provea una deliciosa textura junto a la trompeta. Ahora, cada composición se encargará de producir el mismo efecto y esto es lo que le da vitalidad, frescura e inventiva al registro. Ojeda y los músicos Mariano Agustoni en piano, Mauro Morelos en trompeta, Tomás Babjaczuk en batería y Nicolás Olivera en guitarra tienen mucho para decir y supieron construir un terreno ideal para expresarlo. Melodías e improvisación en equilibrio, un trabajo estupendo de interacción grupal –con “conductores” que se pasan la batuta– y un poco de magia al final, cuando con los sonidos que salen de la boca de su hija –sonrisas, gestos, no palabras– se construye esa belleza sonora que es “Matilda”.

Posibles días de sueños se presenta el 18 de mayo a las 19.30 en la Casa Nacional del Bicentenario, Riobamba 985.

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